top of page

El costo invisible de no soltar (y de no escuchar)



El lado "invisible" del espejo puede estar en ambos lados
El lado "invisible" del espejo puede estar en ambos lados

Por ActionCOACH Abril Morales


Un lunes cualquiera, la junta se alarga.


El fundador repasa cómo se han hecho las cosas durante 30 años: mismo proveedor, mismo proceso, mismos clientes. El hijo mayor, con su libreta llena de ideas digitales, espera su turno para hablar.


Finalmente lo intenta:


—Papá, creo que podríamos probar…

—Eso aquí no funciona —responde el fundador antes de que termine la frase.


El silencio vuelve a ocupar la sala. Nadie dice nada, pero todos lo piensan: otra oportunidad perdida.


Esta escena se repite en más empresas familiares de las que imaginas. No siempre con las mismas palabras, pero con el mismo resultado: un muro invisible que separa la experiencia de la innovación.


La mirada del fundador

Para el fundador, la empresa es más que un negocio: es su historia, su identidad y, muchas veces, el mayor logro de su vida. Cada decisión la ha tomado con cuidado, porque sabe que un paso en falso puede costar caro.


Cuando escucha una idea nueva, lo primero que piensa es en los riesgos, en lo que podría salir mal. Y muchas veces, ese miedo se disfraza de prudencia.


No es que no quiera soltar… es que teme que la nueva generación no esté lista. Que no entienda el valor del sacrificio que tomó levantar la empresa. Que confundan rapidez con resultados.


La mirada de la nueva generación


Ellos han crecido en otro mundo.


Ven oportunidades en lo digital, en alianzas estratégicas, en modelos de negocio más ágiles. Quieren innovar, no para borrar el pasado, sino para que la empresa siga viva en el futuro.


Pero cuando sus propuestas son descartadas sin análisis, sienten que no se confía en ellos. Pierden motivación. Y lo que es peor: empiezan a desconectarse emocionalmente del negocio familiar.


Muchos terminan buscando otros proyectos… y ahí se pierde talento y compromiso que podría haber sido clave para el relevo generacional.


El costo invisible


Cuando el fundador no suelta, la nueva generación deja de intentar.


Cuando la nueva generación no escucha, el fundador se aferra más.


Esa dinámica silenciosa tiene un precio altísimo:


- Innovación perdida: ideas que podrían generar nuevos ingresos nunca se prueban.


- Adaptación lenta: la empresa se vuelve rígida frente a un mercado que cambia rápido.


- Relaciones familiares dañadas: resentimiento acumulado que traspasa lo laboral.


- Un relevo imposible: el cambio de liderazgo se posterga hasta que es demasiado tarde.


Dos estrategias para romper el ciclo


1. Crea un “espacio seguro” para ideas

Establece una reunión mensual donde el único objetivo sea escuchar propuestas, sin interrumpir ni juzgar. El fundador escucha todo antes de dar opinión; la nueva generación presenta con datos y argumentos sólidos. La regla es que al menos una idea se pruebe cada trimestre.


2. Diseña un plan de transición por etapas

El fundador no tiene que soltar todo de golpe. Puede hacerlo por áreas o proyectos: primero en operaciones, luego en finanzas, luego en ventas. Esto le permite evaluar el desempeño de la nueva generación y dar retroalimentación sin poner en riesgo toda la empresa.


La verdadera solución


El éxito en la sucesión no es elegir entre experiencia o innovación… es integrarlas.


El fundador debe soltar con estrategia, preparando al relevo paso a paso.


La nueva generación debe asumir con preparación, ganando confianza con resultados.


Porque un legado no se hereda por accidente: se construye entre quienes lo empezaron y quienes lo continuarán.


📌 Si tu empresa está en este punto, la pregunta no es si hay que hablarlo… la pregunta es si te atreves a hacerlo antes de que el tiempo decida por ti. Una persona externa ayuda a limar asperezas y crear credibilidad en el proceso de sucesión, necesitas ayuda contáctanos para apoyarte en la transición.



 
 
 

Comentarios


bottom of page